A mediados de la década de 1980 Markus Molitor, octava generación de productores, se hizo cargo de la bodega de su padre. Desde el inicio quiso reflejar en sus vinos los tiempos dorados del Riesling del Mosel y aquellos vinos extremadamente longevos que elevaron a leyenda la región. Con su filosofía de 80% inclinación, 90% Riesling y 100% pasión, decidió aprovechar el potencial de cada terroir a su disposición. Cuenta con una enorme variedad de suelos pizarrosos y microclimas. Los trabajos se desarrollan en viticultura sostenible y con bajos rendimientos. Markus Molitor elabora anualmente más de 80 pequeñas vinificaciones que buscan la expresión individual y auténtica de cada noble parcela.
Las uvas se vendimian por equipos experimentados en varias rondas según su etapa de madurez. Los trabajos se desarrollan exclusivamente a mano, con una selección estricta, baya a baya. Siempre bajo la atenta mirada de Markus Molitor, la separación cuidadosa continúa en la mesa de selección en bodega. Así, se consiguen las más altas expresiones del Riesling con una extensa y única serie de vinos secos y dulces.
Siguiendo la centenaria tradición de la familia, la gran mayoría de los vinos fermentan espontáneamente y envejecen en barricas y foudres de roble francés. La antigua bodega abovedada de 3 pisos está tallada en pizarra y ofrece temperatura y humedad óptimas para una fermentación muy lenta y natural. Los vinos se elaboran sin clarificantes, enzimas ni otros tipos de aditivos enológicos. Posteriormente, los vinos reposan sobre sus lías finas durante meses, integrándose y ganando en elegancia y plenitud.
