Albert Bichot Chassagne-Montrachet 2022

Albert Bichot Chassagne Montrachet 2018. Este vino blanco procedente de la región Borgoña, Francia está elaborado con la variedad Chardonnay. Ideal para acompañar con pescados y mariscos finos, carnes blancas, aves en salsa y quesos picantes. Se recomienda servir entre 12 y 14°C. Nota de cata Albert Bichot Chassagne Montrachet: Vista: Color amarillo pálido. Olfato: Aromas de croissant caliente o brioche y limón confitado; Con el envejecimiento, evoluciona hacia matices picantes y avellanas tostadas. Gusto: Franco, elegante y bien equilibrado. El final es largo, perfumado con notas florales y pan de jengibre.

En 1831, Bernard Bichot funda un Maison “négociant” de vinos en Monthélie, en la Côte d’Or. Su hijo Hippolyte lo sucede y compra las primeras viñas en Volnay. Su hijo, Albert Bichot, instala la bodega en el centro de Beaune en 1912. Hoy en día es la sexta generación, encarnada en Albéric Bichot, quien dirige la empresa familiar.

Practican una viticultura sostenible, certificada orgánica a partir de 2020. Cuentan con 100 hectáreas de viñedo propio repartidos por toda la Borgoña, desde Chablis hasta Beaujolais. El trabajo en viñedo se basa en la observación, la prevención y la escucha de la naturaleza. El mantenimiento de la vida de los suelos se efectúa trabajándolos con arados superficiales y fertilizando con abono orgánico. Las labores manuales son fundamentales para la sanidad de las viñas, así como para la calidad de las uvas. Sus equipos dedicados en cada campo conocen perfectamente cada terruño y están muy atentos a la evolución de los viñedos que supervisan. Los vinos regionales se elaboran en la bodega central, en Beaune, y los de los diferentes “villages” y “climats” se fermentan y crían en cuatro pequeños “domaines”, repartidos por toda Borgoña. Se logra así que el recorrido de la uva hasta la bodega sea más corto. Esto hace que las viñas sean controladas por pequeños equipos y las vinificaciones sean tradicionales, siguiendo un modelo más cercano al de un pequeño productor. La filosofía de elaboración es poco intervencionista, buscando transmitir vinos expresivos y de “terroir“. Una vez que la uva llega a la bodega, es seleccionada y pasa a fermentar en tinas de roble francés y en foudres. Al final del proceso se hacen trasiegos por gravedad a las cavas subterráneas, donde el vino permanece en barrica de 12 a 18 meses.