Partícipe de la revolución del Priorat a finales de los 80, Josep Lluís Pérez y Montse Ovejero fundan Mas Martinet en 1989. A pesar de no contar con tradición familiar previa de elaboración de vinos, sus vinos colaboraron a posicionar el Priorat como una DOCa. Dominada por los suelos de licorella, esta región hunde su historia hasta tiempos del Imperio Romano y repunta en importancia al fundarse el Priorato de Scala Dei en 1163.
En 2001 es Sara, hija de Josep Lluís y Montse, quien toma las riendas de la bodega familiar, centrando sus esfuerzos en la biodiversidad del viñedo y la elegancia de sus vinos. Elaboran sus propios compost con los residuos de vendimia y poda, aplican tratamientos biodinámicos, se cambia el uso de cobre y azufre por suero de leche, todo en búsqueda de viñas más equilibradas.
Cada vino representa una finca diferente, trabajadas acorde a su terroir específico. Se llevan a cabo fermentaciones espontáneas en hormigón y tinas de roble, añejándose en barricas, foudres y ánfora. También han recuperado la elaboración de ranci dolç con mares centenarias y parte de vino de damajuanas.