Goyo García Viadero se define como heredero de la historia del vino de la Ribera del Duero, de sus activos en forma de vides y de la cultura del vino. Su filosofía es la de recuperar viejos viñedos llenos de potencial, primero en la zona de la Ribera del Duero burgalesa, y más tarde en zonas menos conocidas por el gran público, como su grand proyectos vinícolas en el Valle de Liébana, Cantabria.
Además, García Viadero es un defensor de la idea de que el vino se hace en la viña con la mínima intervención, dejando expresarse al terreno y a las vides e interviniendo lo menos posible en bodega para obtener el reflejo más certero del «terroir». Sus vinos son elaborados en una cueva subterránea de piedra, de 1000 años, donde la temperatura es de 8 grados celsius durante todo el año. Las fermentaciones son espontáneas, las maceraciones prolongadas, las barricas viejas de 8 a 10 años, para evitar envolver con matices de madera el trabajo hecho en viñedo, y el uso de sulfitos es inexistente.
El vitivinicultor burgalés es el máximo exponente del vino natural de España y uno de los artífices del cambio de paradigma que se está llevando a cabo en la Ribera del Duero, una ola de nuevos creadores volviendo a los orígenes y ofreciendo vinos más frescos y con menos presencia de madera.